Si existe un software underground en el mundo de las aplicaciones P2P, ése es Soulseek.
Debajo de casi toda línea que pudiese molestar demasiado a las
discográficas, esta aplicación ha pasado casi desapercibida tanto la “corpo legal”
como también para el gran público, no así para muchos fanáticos de la
música, principalmente de estilos no muy comerciales de genero – tampoco
muy comerciales – como el french house, funk francés, ambient, y demás
cosas “raras” para el común de la gente.
Es por eso que, desde el 2002 (año en el que Nir Arbel, un desarrollador de Napster decidió crear esta aplicación) cualquier amante de la música “rara” o – mejor dicho, difícil de conseguir – encontró
en el pájaro azul un lugar para conseguir eso que tanto le gustaba, y
de paso, suponer que el logo de Twitter tiene un antepasado…
Y es que, al ser una aplicación P2P “pura y dura”, Soulseek
descarga los archivos solamente de un usuario, algo conocido como “uno a
uno” y es tal cual como lo hacía Napster hace unos 14 años. Esto es,
desde hace años y luego de protocolos como E-Donkey, Fastrack o
Bittorrent, algo tecnológicamente obsoleto, pero quizás a mis hijos
alguna vez les diga “yo le bajaba una canción completa a un usuario, y la verdad que me gustaba hacerlo así”.
Esta “limitación” técnica y la posibilidad de que los usuarios
“naveguen” para ver los archivos que uno comparte le ha dado a este
programa un matiz absolutamente extraño. “Le dio vida” si me permiten la
expresión, ya que no (era) es nada anormal que alguien se contacte con
uno y nos diga “ey, que buena música tenés, me podría bajar X disco”. Incluso
muchos usuarios, principalmente aquellos con miles de archivos
compartidos, creaban un aviso (en forma de directorios, muy curioso)
Ese tipo de fraternidad pirata no la he visto en otros
lados, bueno, si, en Napster, épocas en las cuales bajaba MP3 y los
partía con el hacha para meterlos en disquetes y luego llevarlos a casa.
Hoy, los protocolos que utilizan los programas más utilizados hasta
permiten encriptar y ofuscar nuestros datos, con el fin de proteger
nuestra identidad. Son seguros para eso, si, pero también fríos y sin
alma. En Soulseek, muchas veces, uno pega “buena onda” con un usuario y
además de intercambiar música hasta se hace “compinche” con personas que
escuchan lo mismo que uno.
Lamentablemente,
y a pesar de que el título dice que está vivo, Soulseek está
atravesando por el final de su vida ya que cualquiera que lo usa desde
hace años puede darse cuenta que el número de usuarios y de archivos
compartidos es menor. Croe que es en parte por la migración de usuarios a
trackers específicos como también porque el mismo software no
se actualiza desde el 2008. Por eso veo probable que “el último P2Peer”
termine con su vida a mediano plazo.
Atrás quedarán centeneras de GB descargados, canales de chat totalmente lisérgicos como Buenos Aires House y todo lo que un programa de intercambios con una comunidad generaba.
El abuelo Simpsons dijo alguna vez “en mi época los automóviles
marcaban metros por hora y así me gustaba a mí”. Hoy el P2P es frío,
lejano, pero baja rápido. Quizás, en mi época, bajábamos a unos pocos
KB/s y le pedíamos al peer que no nos corte la descarga. Creo que, al
igual que el abuelo, así, también me gustaba a mí.
Info:http://alt-tab.com.ar/soulseek/